En los últimos 50 años nuestra región ha logrado avances significativos en proveer agua para cerca del 95% de sus habitantes. Esto no significa que todos tengan un servicio de calidad, ininterrumpido y directamente en sus casas. Sin embargo, la tarea de llevar saneamiento seguro para tod
os es la más rezagada.
En efecto, la falta de saneamiento también supone una amenaza para la provisión de agua potable. En la región, alrededor del 20% de las aguas residuales, que provienen no solo de las viviendas, sino también de las actividades industriales y productivas, reciben algún tipo de tratamiento antes de ser vertidas en el ambiente, por lo general en ríos o lagos.
De acuerdo a cálculos de diferentes organismos multilaterales, cerrar esa brecha de saneamiento costaría alrededor de US$180.000 millones hasta el año 2030, el año en que las naciones se han comprometido a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluyen saneamiento mejorado. Esa cifra representa casi el doble de todo lo que se ha invertido históricamente en la región. Conozca más
Fuente: BID